Inevitablemente, así como todo lo que pasa en el mundo, todas estas medidas impactan las organizaciones de la sociedad civil. De una parte, hay la suspensión en las actividades que atienden a los beneficiarios, y de otra, hay la migración de los funcionarios para el trabajo remoto - incluso las fuentes de renta y las finanzas de la organización son impactadas. Abajo detallamos cada uno de estos puntos:
Atendidos
Organizaciones que realizan actividades en grupo, sean clases, refuerzo escolar, talleres artísticos o reuniones de equipos de voluntarios para debate de un tema y acciones en la ciudad tendrán en gran parte sus actividades suspendidas.
A pesar de que la suspensión de las actividades para control de la diseminación del virus sea necesaria, diversas preguntas surgen, por ejemplo:
- ¿Dónde las familias que necesitan trabajar dejan a sus hijos, cuando la ONG es el local en que estos pasarían el día?
- ¿Cómo los niños, jóvenes, adultos y ancianos van a alimentarse, cuando la ONG les proporciona las principales comidas del día de esas personas?
- ¿Cómo las personas realizan tratamientos de salud o psicológicos, cuando la ONG les proporciona gratuitamente el acceso a esos servicios?
Trabajo y actividades remotas
Diversas empresas están migrando hacia un régimen de trabajo remoto para sus funcionarios. Es esperado, a partir de las recomendaciones de los órganos de salud, que las ONGs traten de adoptar las mismas medidas. Y en este escenario, más dudas son planteadas:
- ¿Cómo utilizar herramientas digitales para la comunicación entre personas y también para hacer reuniones?
- ¿Cómo utilizar herramientas en la nube para la ejecución de las actividades?
- ¿Cómo migrar parte de las actividades con los atendidos hacia el medio digital? ¿Y si gran parte de ellos no tiene acceso a la internet, o ni mismo a un ordenador, en sus casas o barrios?
- ¿Cómo repensar el trabajo del equipo, en el caso de que el servicio esté suspendido?
Ingresos y recaudación de recursos
Las noticias ya enseñan como el nuevo coronavirus está impactando las empresas y la economía en general. Restaurantes cerrados o con movimiento bajos, pasajeros cancelando viajes, compañías aéreas reduciendo el número de vuelos y empresas cancelando eventos y congresos. El impacto directo en estos sectores reflejan indirectamente en muchos otros. Un ejemplo son los cortes de empleo y reducción de los sueldos que hacen con que las familias disminuyan el consumo, lo que impacta la economía de manera general.
Para las organizaciones, podemos prever los impactos en diferentes tipos de fuentes de ingreso. Impactos más directos como la cancelación de eventos de caridad (cenas, fiestas beneficas) y disminución de movimiento o el mismo cierre de bazares, que son fuentes importantes de renta para diversas ONGs, o indirectos, por ejemplo, en la reducción del ingreso de las familias haciendo con que estas prioricen otros gastos que no la donación. En medio plazo, la cancelación de edictos y reducción de los recursos disponibles para proyectos de incentivos fiscales de las empresas que tuvieron grande reducción de ventas.
Ante a esa situación en relación a los ingresos de las ONGs, otras dudas aparecen:
- ¿Cómo comunicar a los donadores y colaboradores de la importancia de esos fondos para este momento de la organización?
- ¿Cómo pensar en nuevos modelos de generación de ingresos?
Control de las finanzas
Agir y adaptarse rápidamente a los cambios traídos por la actual circunstancia es muy relevante del punto de vista financiero de su organización. Las premisas que nortearon su presupuesto de 2020 han cambiado. Por eso, la organización necesita rever urgentemente sus costes, que es la parte sobre la cual el emprendedor tiene control directo. Si uno espera mucho y los ingresos disminuyen puede hacerse tarde y la condición financiera - estamos hablando de la caja chica! - puede empeorar, lo que llevará a decisiones y cortes mucho más drásticos.
Pero, por otro lado, también es importante tener cuidado con decisiones precipitadas que pueden ser prejudiciales. El momento es de precaución alineada a agilidad, pensando en la continuidad de la organización en los tiempos pos crisis.
Algunas preguntas pueden brotar en este punto:
- ¿Cuáles planes de ampliación, inversiones y/o compras pueden ser aplazados?
- En cambio, ¿cuáles planes aplazados deben ser acelerados ahora, pues van a traer más eficiencia y adecuación a la nueva realidad?
- ¿La organización posee clasificados sus gastos y costes en 1) esenciales (o obligatorias) y 2) no esenciales (o no obligatorias), para priorizar eventuales cortes?
- ¿Cómo reaccionar rápido en la readecuación de los gastos, de forma a mantener un caja sano para la organización?
Las capacidades para superar esta crisis
Esta no es la primera ni será la última crisis que las ONGs enfrentarán. No es solo un momento de cautela, sino que también de agilidad, de buscar informaciones de confianza para proyectar escenarios posibles y tomar decisiones informadas y precisas en el corto plazo (crisis) y medio plazo (pos crisis).
Algunas capacidades van a ser esenciales para las organizaciones en ese momento. Una de ellas es adaptarse de manera rápida. Esto significa tener momentos para analizar las informaciones disponibles y hacerlas fluir con más velocidad dentro de la organización. De esa manera será posible innovar en otras capacidades como la de una organización sostenerse (recursos financieros y humanos) y hasta la misma forma de relacionarse con atendidos, socios y sociedad. Además, para el trabajo remoto, la capacidad de digitalización de las actividades, procesos y comunicación serán esenciales, siendo necesario autonomía para que los equipos realicen sus actividades - centralización en los gestores es un gran problema en este momento.
¿Quien es Phomenta?
Somos un negocio social que tiene el propósito de llevar educación en gestión e innovación hacia las ONGs, para que tengan más eficiencia y nuevas formas de sostenerse económicamente, y así aumentar su impacto social y ambiental.
Original: https://phomenta.com.br/o-impacto-do-coronavirus/